MOMENTOS ESTELARES
Cuando descubrí la libertad y que podía decidir
mi propia vida, liberando mi pasado, a mis padres y a mi circunstancia, tomé la
primera decisión de mi vida: ser yo el único responsable de mi existir.
Cuando me estremezco de alegría al contemplar un
amanecer y un atardecer mágico con la puesta del sol, cuando comprendo la
grandeza en un pequeño grano de trigo y el arcoíris en una flor.
Cuando conozco a un ser humano que me demuestra
su grandeza en su sencillez.
Cuando descubrí que ante la ambición y el abuso
de los demás mi único escudo de defensa era mi propia inocencia.
Cuando como maestro veo el destello en los ojos
de mis alumnos que desean aprender algo nuevo.
Cuando experimento la excitación de descubrir
algo para mí hasta ahora desconocido, un concepto, una idea, una persona, una
vivencia que me hace vibrar, y me entrego al éxtasis del aprendizaje.
Cuando te descubrí a ti mujer, que podíamos
acompañarnos; cuando tu sensibilidad, tu aroma y tu piel llena de tu esencia mi
ser, te descubrí que eras ella, el ser que siempre busqué y en ese momento
estelar te encontré; se incendió mi espíritu y decidí amarte en un instante y
hacerte feliz en toda una vida.
Cuando sentí en mis brazos por vez primera a uno
de mis hijos y me di cuenta que me convertía en orfebre de Dios y que toda la
grandeza del ser humano se reflejaba en la mirada inocente de un niño.
Cuando logro entender que formo parte de un
concierto universal que se llama humanidad y a través de mi existir contribuyo
a la grandeza de mi Creador.
El momento estelar más grande de mi vida es
saberme fruto del amor, cuyo destino es amar intensamente y por siempre hasta
el final.
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